En la entrada de hoy del blog de Coquetas Valladolid, os vamos a contar una historia que esperamos nos haga reflexionar a todos.
Ana y Lucía son dos amigas de Valladolid que salen de casa a la misma hora (eso si, previamente invertidos
sus diez minutos rascando el hielo del parabrisas), van a hacer las compras
navideñas a diferentes tiendas pero que están a la misma distancia en kilómetros de sus
respectivas casas, llevan el mismo vehículo, van a la misma velocidad pero ¿por
qué Ana ha llegado a casa dos horas antes que Lucía?. ¿Por qué en la cena de
familia (o seres queridos, cada uno que elija con quien pasar las fiestas) el
look de Ana causó sensación y el de Lucía no tanto?. Y sobre todo, ¿por que Ana
está completamente satisfecha de las compras que ha realizado y Lucia no tanto?.
Veamos el porqué.
¿Por qué tras terminar las compras navideñas, Ana llegó dos
horas antes a casa que Lucia?.
Ana realizó las
compras navideñas en un comercio local y con ello evitó perder dos horas entre
colas en probador y caja. Vale, ese tiempo de espera te puede dar para obtener las
mejores marcas en el “Candy Crush Saga”, retuitear 1000 tuits, o preguntarte
como son capaces de aguantar de pie durante horas, a una sola pata,
determinadas aves, etc...
Con esas dos horas que se ahorró, Ana pudo pasar más tiempo
con su hija. El mes estaba siendo duro y
casi no había pasado tiempo con ella. Al salir de la tienda, decidió comprar un
puzzle y se pusieron las dos a montarlo. Por cierto, el puzzle lo había
comprado en una tienda del barrio, mientras volvía a casa.
¿Por qué en la cena de navidad en familia, el look de Ana
causó sensación?.
Fundamentalmente por dos razones. Primero porque era bonito
y segundo porque nadie llevaba el mismo. Lo había comprado en una tienda del
barrio, donde sabía que tenían un amplio tallaje y siempre encontraba lo que
quería.
El de Lucía era
igualmente muy bonito, pero también lo habían considerado así, semanas antes,
su cuñada de Logroño y la de Salamanca. Las tres iban iguales porque lo habían
comprado en la misma cadena J .Entre canapés y langostinos, se miraban (con ese modo “escáner
de aeropuerto” que tenemos a veces) tratando de escudriñar a quien la sentaba
mejor el vestido. Me “soplan” que el hecho de que dos de ellas no tomaran turrón
ni mazapanes con el cava, fue porque ambas descubrieron a quien de las tres la
sentaba mejor el vestido, y lógicamente, no eran ellas…
¿Por qué Ana estaba completamente satisfecha de la compra
que realizó?
Pues por varios motivos. El primero fue que era la prenda
que le gustaba y se sentía guapa con ella.
El segundo era que sabía que en esa tienda tenían su talla
porque tenían el tallaje que pedían sus clientas, no el que decidía la tabla Excel
de un ordenador en Hong Kong.
En tercer lugar, porque sabía que en el mundo que vivimos
una de las cosas que más escasea (aparte de un Papa Noel que verdaderamente
aparente serlo…y de cuñadas que sepan disimular cuando te miran a ver si te
sienta bien el vestido) es tiempo para pasarlo con los nuestros. Ese era el mejor
regalo de aquel día ¿verdad?.
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